18 de octubre de 2011

Todo mi mundo esta en tu ombligo

Su mano deja en un pequeño estuche de maquillaje la linea de ojos negra que acaba de utilizar, intentando así disimular sus ojeras malvas, provocadas por una mala noche. Se pone su reloj, un collar a juego con sus converse negras y se dispone a salir de casa para un ultimo encuentro. Espera sentada en la parada de autobús, el cual no quiere que llegue, no quiere cogerlo y detenerse en el lugar donde han quedado para poner fin a todo, quiere volver a casa, llamarle y decirle que no ha podido ir, que ya quedaran otro día, pero sabe que es inútil, sabe que tarde o temprano deberá llegar el final y que posponer el encuentro no cambiara nada. Se sube en el autobús, se sienta y se pone los cascos, quiere olvidarse de la razón de sus ojeras malvas. 
Ahí esta el, sentado en aquel banco donde siempre esperaba nuestro encuentro, pero esta vez era distinto, esta vez su cara no dibujo ninguna sonrisa al verme bajar de aquel autobús, ni corrió hacia mi y me abrazo, simplemente me observo mientras se quedaba sentado en aquel banco, aquel que tenia grabada por su puño y letra nuestra fecha junto con nuestros nombres, aquella que juro que seria por siempre. 
Antes de que me diera tiempo a hablar ya se había levantado, dejando así a la vista de todos aquella inscripción en el banco, ahora tachada

1 comentario:

  1. Es precioso, triste,pero precioso =)
    Me gusta mucho tu blog, sigue así! (:
    un besito!
    http://www.sicatorcevidasondosgatos.blogspot.com/

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