18 de noviembre de 2013

Lo que ha de ser, será

Una cama vacía, el olor de café recién hecho y los platos de la noche anterior guardados. Un armario sin ropa, pero aún con su olor, un reloj olvidado y un par de cleenex en la basura. Eso fue todo lo que me dejó antes de irse junto con una nota, afirmando algo que yo ya sabía, que se iba, se fue y se llevó todo lo que era suyo, excepto a mi.

6 de noviembre de 2013

Ella lo miraba a él como un ciego miraría el mundo por primera vez

Como cuando el tiempo de detiene durante un breve instante, como meterse en la cama después de un día duro, como bailar en ropa interior por toda la casa, como comer tu comida favorita, como una oleada de calor un día de invierno, como andar descalzo por casa. Y eso sólo al mirarle, mejor no hablar de cuando los labios, al fin, se rozan.

15 de octubre de 2013

15-10-11

730 días a su lado y aún consigue sorprenderme cada vez que lo veo, aún sonrió como una idiota cada vez que me dice que me quiere, o cada vez que que me recuerda que lo soy todo para él. Es precioso, nunca te cansas de mirarle, es divertido sin pretenderlo siquiera. Le quiero, tengo la inmensa suerte de quererle. No puedes elegir si van a hacerte daňo en este mundo, pero si eliges quien te lo hace, me gustan mis elecciones, y espero que a él le gusten las suyas.
Él conoce hasta la peor versión de mi, y a pesar de ello se queda a mi lado, ayudándome a ser mejor.
Pensaréis que nunca me ha dado un infarto, pero es mentira, he tenido tres o cuatro, quizás más, pero perdí la cuenta. El primero seguramente fue cuando nos vimos por primera vez, el segundo cuando me acaricio, el tercero cuando nos besamos. No os equivoqueis, estos infartos cada vez que le veo no me quitan la vida, al contrario, es lo que me la da, porque ya no imagino un sólo día sin que él este en mi vida, no necesito aire, siempre que sea su aire el que respire, y mientras continúe susurrandome al oído, no necesitaré nada más.
Te quiero hasta la luna, ida y vuelta.

15 de agosto de 2013

Tocada y hundida

"No se si te quiero como antes" y ahí empieza todo, o acaba, colocando un punto final. Ahora todos los momentos a su lado parecen un sueño, como si nunca lo hubieras vivido, ahora todo parece dificil sin él, no me imagino un día sin un beso de sus labios, sin sus brazos rodeandome para darme calor, no quiero otros brazos. Y es que el amor es difícil, no sólo vale tu opinión, no puedes retener a alguien que ya no siente lo mismo, sólo te queda esperar, esperar a que la tormenta pasé, esperar a que el tiempo, el destino o la casualidad os devuelvan lo que teníais, esperar a que vuestra historia vuelva a tener tres puntos suspensivos.

10 de marzo de 2013

Al perder su octava vida, el gato suspiró y dijo "esta es la última vez que me enamoro"

Y así se quedó, abrazando aquella prenda como cada noche, y cuando lo hace recuerda aquellos días felices, aquellos días a su lado. Recuerda cuando la recogía del trabajo, y como sacaba la cabeza por la ventanilla del coche a pesar de que fuera invierno, recuerda como comenzaba a desnudarse nada más cruzar la puerta, y nunca podrá olvidar aquellas piernas desnudas subiendo sus escaleras. Y no puede evitar recordar las horas en esa habitación, en la que parecía que nunca podría ocurrir algo malo, que esa felicidad sería eterna, siempre dejaban sus problemas en el lumbral de la puerta de aquella habitación, y los recuperaban con el beso de despedida. Pero desde hace unos meses el ya no olvida sus problemas al cruzar esa puerta, ya no hay unas piernas que suban sus escaleras, ni nadie ocupando el asiento del copiloto. Odiaba aquel perchero: pues en él aún colgaban la bufanda y el sombrero que ella no quiso llevarse. De vez en cuando lo abrazaba.

13 de enero de 2013

No importa como acaba la noche, sino como empieza el dia

Y la noche acabo como cada sábado de madrugada, con aspirinas ya ingeridas, con unos tacones al pie de la cama y una percha vacía que correspondía al vestido que lucía esa noche, con el rimel corrido, sin rastro del pintalabios que tanto le gustaba y la boca con sabor a ceniza y a chicle de menta.
Y la maňana siguiente empezó como cada domingo, con un ligero dolor de cabeza, con un vestido arrugado por haber dormido con el y sin tacones en el suelo, y como cada fin de semana, se acostaba sola, pero despertaba acompaňada, y ese domingo no fue diferente, allí estaba el y a pesar de que dormía se notaba el cansancio en su rostro, provocado por las pocas horas de sueňo. Se desperezo en silencio, se cambió y se quitó los restos de maquillaje. Le preparo el desayuno, como cada domingo después de que el estuviera toda la noche trabajando, lo llevo a la habitación y, como cada domingo, le despertó con besos.