24 de abril de 2014

Me pierdo si me deja, me encuentro si me roza

Antes creía que era de morenas, en verdad me ponían mas las rubias, pero las morenas siempre conseguían ganarse una parte de mi que las rubias solo podían imaginar. Hasta que te conocí, y comprendí que nunca fui de morenas, castañas, pelirrojas o de rubias, siempre fui de ti.

Mañana tenemos cita donde le roban tiempo al amor

Y no se porque esperaba que fueras una persona normal y que aquella horrible bata blanca te quedara igual de mal que a todo ser humano, que imbécil, por un momento se me olvido que tu nunca fuiste normal. Y lo recordé en el momento en el que te vi entrar a la habitación medio desnuda, solo con esa sabana, la cual gritaba de placer por poder rozar tu piel. 
Fuera se te echa de menos, las flores ya no brillan igual, el reloj parece que se ha declarado en huelga por no verte todos los días y se ha detenido, los gatos ya no maúllan como antes, mis manos lloran por no poder tocarte. Tal vez todo esto solo lo piense yo, no me extrañaría, la gente de fuera parece igual que siempre, corriendo a todas partes, y aun no entiendo como nadie se ha dado cuenta de tu ausencia en las calles. Pero creo que lo prefiero así, sonara egoísta, pero no quiero que nadie mas se de cuenta de que contigo todo cobra sentido, hasta la mas ridícula de las hipótesis, hasta el porque la gente se compra papel higiénico de colores. Odio esto, odio oír tus gemidos quejándote de dolor, porque yo también los sufro, odio no poder agarrarte la mano y jurarte que no voy a permitir que nunca de vayas de mi lado, y si te vas, lo haremos juntos. Podría ponerme en plan hombre perfecto, pero me siento incapaz de prometerte algo que no se si pasara, prefiero decirte la verdad, que pase lo que pase y venga lo que venga estaré para apoyarte, y que si en algún momento el destino, la casualidad o Dios decide que ocurra aquello que no me atrevo ni a pensar, hacerte saber que siempre recordare el olor de tu pelo, el vaivén de tus caderas, nuestras canciones, el paraíso rojo de tus labios, el olor que dejaban tus pintauñas, las migas que siempre me dejabas en la cama, tus pendientes olvidados, nuestras largas noches en vela, como jugabas con mi pelo y como me odiabas cada vez que me lo cortaba, como me callabas de repente con un te quiero inesperado, tus piernas, tus ojos, incluso tu extraña forma de coger el bolígrafo, tus comidas favoritas, tu mejor ropa interior para noches especiales, tu caja de los recuerdos, tu reflejo en el espejo conmigo detrás, tus zapatillas favoritas condenadas a gastarte de tanto usar, tus nudillos siempre manchados de tinta, tus caras de cabreada cada vez que te decía que odiaba aquel grupo de música, recordare todo esto cada vez que piense en ti, cada pequeño detalle que te hacia tan perfecta y tan imperfecta a la vez, y se que te echare de menos, incluso ahora que te tengo delante te echo de menos, y hasta que no te vuelva a tener entre mis brazos no podre evitar esta mierda de sensación de creer estar perdiéndote. Ojala pudiera librarte de todo sufrimiento y sufrir yo por ti, ojala los papeles se cambiaran, no me puedo ver sin tu piel. 
Y por ultimo te diré algo que se que odias que te diga porque prefieres que te lo demuestre, pero ahora mismo me da igual y te lo diré una y mil veces porque ya no puedo evitarlo mas: te quiero, y te querré durante todo mi vida, aunque nunca compartamos un futuro juntos siempre seras la responsable de los que posiblemente serán los momentos mas felices que he vivido y te corresponderá el derecho de ser la persona que mas me apoyo y por la que me convertí en lo que soy hoy. Gracias por esto y por todo lo demás, vayas donde vayas nunca lo olvides: eres la única persona por la que renunciaría al resto.

9 de abril de 2014

Wild hearts can't be tamed

Busque entre las sabanas un resquicio de tu olor, un calcetín olvidado o un pendiente extraviado. Intente no recordarte, olvidar tus manos, tus agujeros, tus susurros. Intente convencerme de que aquel portazo era de llegada, no de huida. Intente olvidar las respiraciones que en su día solo fueron mías, los gemidos que me pertenecían, los labios que se abrían. Intente llorarte, intente buscarte, intente olvidarte, intente guardarte rencor. Hasta que comprendí que tu no volverías, que nunca pensaste en quedarte, que por mis sabanas solo estabas de paso, que tu corazón nunca fue mio, ni el mio tuyo.