13 de enero de 2013

No importa como acaba la noche, sino como empieza el dia

Y la noche acabo como cada sábado de madrugada, con aspirinas ya ingeridas, con unos tacones al pie de la cama y una percha vacía que correspondía al vestido que lucía esa noche, con el rimel corrido, sin rastro del pintalabios que tanto le gustaba y la boca con sabor a ceniza y a chicle de menta.
Y la maňana siguiente empezó como cada domingo, con un ligero dolor de cabeza, con un vestido arrugado por haber dormido con el y sin tacones en el suelo, y como cada fin de semana, se acostaba sola, pero despertaba acompaňada, y ese domingo no fue diferente, allí estaba el y a pesar de que dormía se notaba el cansancio en su rostro, provocado por las pocas horas de sueňo. Se desperezo en silencio, se cambió y se quitó los restos de maquillaje. Le preparo el desayuno, como cada domingo después de que el estuviera toda la noche trabajando, lo llevo a la habitación y, como cada domingo, le despertó con besos.

1 comentario: