11 de octubre de 2011

Para bien o para mal, se termino

Y sin querer, sin ni siquiera pedir permiso, una lágrima cae, seguida de otras tantas. Caen por su culpa, por un adiós dicho demasiado pronto, un ultimo beso que jamas debió llegar, un ultimo instante de felicidad a su lado que jamas se repetirá, y mucho tiempo guardando rencor, odiándole, consumiéndote por lo celos, perdiendo todo tipo de dignidad y coherencia por un mínimo roce de mejillas. Siguen cayendo decenas de lágrimas, caen a la vez que múltiples ilusiones y deseos se destrozan, una vez mas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario