5 de junio de 2011

Basta ya de tantas inconsistencias.

Camina por la calle, seguro de si mismo, contento y despeinado. Llega hasta su moto, antes de subir se aprieta los cordones de sus levi´s, se coloca su chaqueta de cuero y se peina cuidadosamente con la mano. Sube a la moto, empieza a coger velocidad, un semáforo en rojo, se lo salta, el siguiente tambien esta en rojo, pero esta vez para, la policía anda cerca y no quiere volver a pasar una noche en comisaria. Recuerda aquella noche. Recuerda la soledad, el olor a humedad, la oscuridad. Recuerda la de veces que dio las gracias a su hermana por pagar su fianza. Intenta olvidarlo, no le gusta recordar, parece que el presente no es suficientemente bueno y necesita recordar el pasado para sentirse completo. No. El siempre vive el presente, lo pasado, pasado esta.
 Verde.
Vuelve a poner su ciclomotor en marcha, siente de nuevo el aire en la cara, la libertad parece casi palpable. Esquiva los coches, izquierda, derecha, de nuevo izquierda. Suena un claxon, su mirada se desvia ligeramente. ¿Qué ocurre? Confuso mira al coche de donde procede el sonido, va a chocar contra el. “Mierda. Me he saltado el stop.” Y ese es el último pensamiento que pasa por la cabeza de nuestro conductor temerario.

Sentado en un banco le da la ultima calada a su cigarrillo y lo tira al suelo con indiferencia. Entra en la habitación donde descansa su amigo, aun inconsciente tras el accidente.
-Ehh, Alex, ¿Qué haces aquí? Y, ¿Dónde estoy?- su amigo, aquel conductor temerario, despierta repentinamente.
-Joder tio, ¡vaya susto! Te has metido una hostia con la moto, pero no te preocupes solo tienes algunos rasguños.
-¿Mi moto? ¿Dónde esta? ¿Sigue entera?
-Bueno… digamos que ahora tienes mas bien un triciclo. Jaja.

Dos buenos amigos que se quedan ahí, en aquella habitación de hospital, recordando los momentos vividos con aquella motocicleta, conduciendo veloces por las calles, sin importarles nada, dueños de la carretera. Y seguirán mucho tiempo asi, riéndose de cosas sin sentido, de alguna palabra mal sonante dirigida a alguna mujer, recordando cuando eran críos y se escapaban de noche, de las competiciones entre sus amigos a ver quien bebía mas o hacia mas flexiones. Esa era su forma de divertise, aunque muchos avisaron que aquella conducta algún dia, traería consecuencias.

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