18 de agosto de 2012

Ningún lugar en la vida es mas triste que una cama vacía

Una chica, una ruptura demasiado temprana, un bar, demasiadas lagrimas derramadas, demasiadas tardes encerrada. Y en la barra de aquel bar le sirven una copa tras otra, sin demora, esperando únicamente que cuando decida volver a casa sea capaz de encontrar la cartera y pagar. "La penultima", se dice a si misma, intentando olvidarse de que hace dos copas dijo exactamente lo mismo. Una mano va a parar a su cintura, contempla al hombre del que procede dicha extremidad sin saber muy bien si es un desconocido o un compañero del instituto de hace años, parece agradable, simpatico y tiene mucho encanto, es muy guapo, y no duda ni un segundo cuando él la invita a su casa a tomarse la ultima, ya que el bar cerrara pronto. 

Unas horas mas tarde ella despierta en algún lugar de una mugrienta cama de un motel de cualquier parte de la ciudad, despierta inquieta, agobiada, con un dolor de cabeza insufrible, y como era de esperar, sola.

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